
La piel tersa se acercó hasta tí
sumiendo tu cuerpo en un ridículo muñeco
de trapo
juega sucio, araña tu espalda
me acerco
y contemplas el placer infinito de un cuerpo inerte
al viento se mece
y desnuda perece como un árbol
seco
ardiendo en el vacío que hay entre tu cuerpo y lo que queda del mío
un grito sordo sale de tu boca,
me roza
lo siento
tu mirada pierde el norte y yo te agarro
¡más fuerte!
¡más fuerte!
¡más..!
Ella tenía diecisiete, el rozaba los treinta (y tantos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario