lunes, 20 de junio de 2011



Nunca fue un chico de acentos


sus ojos verdes le hacían perderse en bosques infinitos


No era muy alto, y eso me gustaba


cada vez que miraba de frente


me encontraba con su mirada que,


desconfiada, decía


dulzura.


Era músico, tocaba el saxofón


y por las noches ponía en el tocadiscos de su abuelo


canciones compuestas por él, o eso decía


pero, aunque nunca le llegué a creer


(¿desde cuándo salía por Armstrong?)


le sonreía y me sentaba con él


a escucharle tocar.


Desde aquel día, nunca


nunca, pudo desaparecer esa melodía


desafinaba que corrompía las notas,


se follaba la música a su gusto


y eso le hacía magnífico.


Era volátil, pero decidió enraizar en mí


por un tiempo..


Chico perdido, en la ciudad que nunca duerme


descuida sus andares y bebe bourbon


para seguir el ritmo de las calles


Él nunca fue un chico de comas,


el lo sacaba de dentro


lo escupía..

















..así lo encontré, un día, escupiendo versos en la calle Melancolía.






(para Grus)

1 comentario:

Alba Gómez Muñoz dijo...

es fantastico, me parece precioso regy