miércoles, 25 de enero de 2012

Y ante mi, Angelica se desnuda, como la desnudaron en su día Ellington y Coltrane.
Deja caer la brisa de su pelo por las curvas de su mirada, es impredecible.
Me abre su alma al tiempo que rompe los botones de su camisa..
Enciende un cigarrillo y deja salir el humo lentamente.. como pájaros escapando del cielo
Sus labios entonces dibujan una sonrisa.
Da vueltas por la habitación, me mira, coge su abrigo y se marcha..
Ha terminado su jornada.

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