domingo, 12 de septiembre de 2010

Con cada punzada que atraviesa el alma de la perdición me doy cuenta de cada minuto perdido en llorarle al aire.
Cuando sientes que tu cuerpo se ha ido, sin tí.
Cuando no puedes respirar y acudes rápidamente al ventolín y un nudo acampa en tu garganta sabes que no hay solución: aunque haya más vencedores que vencidos, todos hemos caído.
Como ángeles arrastrados al infierno.
Y ahora.. Ahora ya nada es como antes.
Ahora aquella habitación donde solía entrar me da una bofetada cuando descubro que detrás de esa puerta que conseguí traspasar ahora oculta un cristal.
A primera vista crees que todo allí dentro sigue igual pero al intentar entrar..
Eso siempre pasa, tropiezas en el camino y vuelves a levantarte
Tan solo somos piedras en el camino de las personas; algunas se quedan contigo, otras te lanzan al vacío.
Y cuando por fin das el paso, cuando quieres ser la persona y no la piedra, ya estás lejos del camino.
Ahora sonrío, sí, eso siempre se me ha dado bien.
Memento mori, que decían, me lo aplico cada mañana e incluso algunas, consigo levantarme de la cama y respirar.
Otras, en las que acabo así, escribiendo lo que no puedo decir (y no por ganas) son las peores.
Y aunque en el fondo siempre sabes que eres una pulga más en este perro mundo, te sientes sola
¿Sabes? Yo era una chica sencilla, de estas que tienen braguitas blancas en el cajón. Pero tu llegaste y todo aquello se revolucionó, cambie esas braguitas blancas de algodón por unas con encaje escocés y mi melancólica y vacía sonrisa por una de esas que enseñan bien los empastes.
Fue todo, lo mejor, lo sinsetido, lo sentido y todo fue, sobretodo, vivido. Y fuí, y fuimos.
Pero un día (te) fuiste. No pasa nada, pensé. Algo así quedará siempre. Pero un día me dí cuenta de que mis historias de película americana no cobrarían vida. Y fue entonces cuando mi vida sufrió una revolución mayor.. Las braguitas de encaje escocés se tienen que ir, ya nadie las va a ver, y las braguitas blancas las tiré.. Ahora me siento desnuda, no tengo ni lo que tuve, ni lo que tenía y me siento estúpida al gritarle mis sentimientos a una pantalla de ordenador y no tener la oportunidad de hacerlo a una cara..
Es injusto. Pero tú, no lo ves.

No hay comentarios: